MANOLETE o el GALLO
Gallo Bodegas Campos |
Guadalquivir (Rio Grande) Puente Romano Campo de la Verdad |
Y como está allí mismo, como todo en Córdoba, me
suelo acercar también a las Bodegas Campos.
Por supuesto, no todo va a ser disfrute del cuerpo sino que también hay que ser generoso con el espíritu, por lo que también renuevo por enésima vez mi visita a la Mezquita-Catedral o dicho de otra manera la Catedral-Mezquita, y puesto que, como ya ha quedado dicho, soy natural de la que fuera capital del califato Omeya, mi entrada en el templo es de gratuidad absoluta.
Por supuesto, no todo va a ser disfrute del cuerpo sino que también hay que ser generoso con el espíritu, por lo que también renuevo por enésima vez mi visita a la Mezquita-Catedral o dicho de otra manera la Catedral-Mezquita, y puesto que, como ya ha quedado dicho, soy natural de la que fuera capital del califato Omeya, mi entrada en el templo es de gratuidad absoluta.
Mi paseo por el patio de los naranjos es obligado, además de inevitable, y realizo una inclinación respetuosa, casi genuflexa, para beber el agua de la fuente de Santa María, el agua mas refrescante jamás bebida cuyo caudal procede del caño del olivo.
Una ligera brisita procedente del vecino
“riogrande” (Uad-al-Quivir) tal vez colaboró para conseguir una suave
percepción de fresquito, despeinando mis ya semicanosas sienes.
El olivo del caño de la fuente de Santa María
En el patio de los naranjos de la Mezquita de
Córdoba, hago una parada obligatoria para saludar a mi querido olivo que
vive al lado de la Fuente de Santa María, en uno de sus ángulos, y compruebo su
estado de salud.
Ver también el post del 18 de Junio de 2015 en el
blog www.saberyrecordar.blogspot.com
Dicha fuente rectangular de Santa María del patio de los Naranjos, está próxima a la Puerta del Perdón, la que queda debajo de la Torre Campanario de la Catedral o Alminar musulmán de la Mezquita.
Por su íntima proximidad con uno de los caños de la fuente se conoce a este olivo como el olivo del caño o también dándole un giro para compensar el orgullo por su equivalencia y simetría de rango entre ambos, se conoce a este caño de agua cristalina como el caño del olivo para distinguirlo de los otros tres caños hidrantes.
Este olivo centenario o tal vez milenario, no lo
sé, hace ya bastantes años que estuvo más muerto que vivo, pero gracias a unos
sabios cuidados geriátricos recibidos, cuidados de máxima excelencia como queda
patente según los resultados obtenidos hasta la fecha, ha podido sobrevivir
incluso en este caluroso verano del siglo XXI, aunque con una apariencia física
muy inquietante y poco tranquilizadora.
En su crónica convalecencia, el anciano olivo del
caño, está siendo vigilado continuamente y muy de cerca, por otro joven olivo,
que empezó siendo una "estaca".
Este aprendiz de olivo vigila como lo haría un esforzado y vocacional residente
de medicina de familia y comunitaria en atención primaria de guardia
permanente, con una entrega infatigable, 365 días al año.
El atento cuidador es un olivo bisoño que está allí, en el alcorque común compartido con el anciano olivo desde su mas tierna infancia, desde que era plantón, conviviendo con el rugoso anciano a través de sus entrelazadas raíces el mismo sustrato nutritivo, siguiendo humilde y orgullosamente los sabios consejos de ese viejo y retorcido olivo, en el día a día, aprendiendo del maestro, como debe dirigirse y comportarse en la vida siempre con rectitud, gallardía, generosidad y respeto hacia los mayores.
Año 2016 - OLIVOS DEL CAÑO El joven crece |
El atento cuidador es un olivo bisoño que está allí, en el alcorque común compartido con el anciano olivo desde su mas tierna infancia, desde que era plantón, conviviendo con el rugoso anciano a través de sus entrelazadas raíces el mismo sustrato nutritivo, siguiendo humilde y orgullosamente los sabios consejos de ese viejo y retorcido olivo, en el día a día, aprendiendo del maestro, como debe dirigirse y comportarse en la vida siempre con rectitud, gallardía, generosidad y respeto hacia los mayores.
El multi-añoso olivo del caño, sigue año tras año
demostrando una vitalidad sorprendente con un tesón y ganas de vivir
admirables, aunque su penoso y ajado tronco va perdiendo a ojos vista, cada
día, e inexorablemente, trozos de su caduca y coriácea madera, pues su tronco
ya es casi translúcido en muchas zonas de su perímetro.
El núcleo central del tronco, hueco a mas no poder y sabe dios donde se habrá quedado su albura, médula, duramen, etc.... Muy probablemente y de haber caído en otras manos, habría sido condenado a una implacable tala en aras a cumplir con ciertos criterios de seguridad urbana.
Sin embargo, y sorprendentemente, su frondosa y productiva copa, como reflejo de gran vitalidad, está cargada de sanas y turgentes olivas pugnando en fertilidad y densidad de follaje con la del retoño convecino, ya mocito, que se yergue orgulloso a su vera.
El núcleo central del tronco, hueco a mas no poder y sabe dios donde se habrá quedado su albura, médula, duramen, etc.... Muy probablemente y de haber caído en otras manos, habría sido condenado a una implacable tala en aras a cumplir con ciertos criterios de seguridad urbana.
Año 2019 - OLIVO DEL CAÑO DE LA FUENTE DE SANTA MARÍA |
Sin embargo, y sorprendentemente, su frondosa y productiva copa, como reflejo de gran vitalidad, está cargada de sanas y turgentes olivas pugnando en fertilidad y densidad de follaje con la del retoño convecino, ya mocito, que se yergue orgulloso a su vera.
MOCITAS LLENANDO CANTAROS en la FUENTE DE SANTA MARÍA |
El agua fresca, cuyas chispeantes gotas salpican
también hoy día sus lanceoladas hojas, le recuerdan aquellas risotadas de las
mocitas que se sentaban con sus mandiles arremangaos en el borde de tan
afortunada fuente de Santa María, esperando su turno, sin ninguna prisa, para
llenar los arcillosos cántaros y los sudorosos botijos de barro cocido, algunos
de ellos convertidos en multi-fragmentados tiestos de tanto ir y venir a la
fuente.
Este joven olivo retoño, a quien personalmente
vengo vigilando muy de cerca, año tras año, desde hace algunos, “se me cuida y
me crece” sano y lustroso y ya está casi tan alto, o incluso más, que su
compadre convecino de alcorque, el legendario ancestro “olivo del caño de Santa
María”.
Las sempiternas pugnas taurinas
Pero mis cuitas de hoy no van por esos bucólicos
derroteros sino por una “circunstancia muy especial”, sobre la que quiero
enfatizar, pues me resultó cuanto menos “bastante o muy chocante”, como se
podrá apreciar con mis pensamientos inmediatos.
Para muchos, tanto aborígenes de Córdoba como
forasteros, el espacio gastro-eno-cultural denominado Bodegas Campos creado en
1908, emana desde siempre un sabor acre y como se dice últimamente posee el
aroma de lo auténtico, de lo genuinamente cordobés, en todos los sentidos.
Este recinto bodeguero, me ha recordado desde
siempre, por su absoluto carisma taurino, al albero de la antigua plaza de
toros que antaño estuvo radicada en la Ronda de Tejares, hoy Corte Inglés, y
que yo de chico, frecuentaba con mi padre y mi hermano Paco, cuando siendo
chavales de pantalón corto ir a los toros no estaba mal visto, sino que formaba
parte de la cultura y educación cívica ciudadana.
Yo frecuentaba también el coso de la Ronda de Tejares en las calurosas noches del verano cordobés, cuando en su albero se instalaba una gran pantalla, ondeada por el viento que deformaba las imágenes cinematográficas alli proyectadas.
Entonces, y hoy también, me sentía y me siento muy importante y orgulloso de mi tito Rafalito, con su mandil blanco, sus gafas de pasta o tal vez de carey, propias de un profesional del magisterio que era, detrás del mostrador, regentando con profesionalidad el ambigú de la plaza de toros.
Allí estábamos mi hermano Paco y yo, la mar de contentos y felices, cuando el tito Rafalito nos invitaba a una gaseosa y a unos cucuruchos rebosantes de refrescantes leguminosas conocidas como altramuces o salaillos y también a cucuruchos rebosantes de pipas de girasol.
Las ilustres e ilustradas Bodegas Campos
En lo histórico, en lo gastronómico y en lo
enológico, en su prestancia, señorío y distinción, en la calidad del trato de
todos sus empleados, etc. … no se me va a ocurrir cuestionar sus
virtudes, ni un ápice, en este foro.
En el momento de acceder al lugar, contrariamente a
lo que sentí un rato después, renové las virtudes y excelencias de este honroso
lugar, pues lo opuesto sería aplicar argumentos poco sólidos y/o inconsistentes
y en este sentido mi deseo es apostillar y refrendar toda mi consideración de
lo bueno e incluso de lo excelente.
Personalmente, a mí me gusta más el espacio físico
de la taberna de las Bodegas Campos que los espacios ocupados por el
restaurante, excesivamente refinados para mi gusto.
Aunque a veces, muchas veces, aquel apartado físico
de la taberna me aturde bastante, siendo incluso inaccesible para el conjunto
de la multitud de parroquianos íntimamente fundidos como un solo hombre, o
mujer, que se agolpan al unísono como un ariete medieval acosando en ocasiones
al camarero, firme defensor de su inaccesible barra.
Pero siempre me ha gustado en esta zona tabernaria
la decoración y el suave aroma vinoso, no embriagador pero si evocador de otros
recuerdos y de otras épocas.
Como otros locales de Córdoba, el de las Bodegas
Campos tiene, en esa especial decoración, un especial omnipresente y respetuoso
enfoque taurino.
Evidentemente esta decoración reproduce fielmente y refleja el sentir de sus propietarios en comunión con el gusto de su clientela habitual.
Evidentemente esta decoración reproduce fielmente y refleja el sentir de sus propietarios en comunión con el gusto de su clientela habitual.
Los carteles taurinos, la iluminación suave, que no
lánguida, la elección de las fotos de sus ilustres visitantes, siempre
selectos, y lo cuidado pero no rancio de sus muros, le confieren un aire
castizo, señorial y “muy cordobés” de primer rango.
¡¡¡¡ Pero !!!!, ¡Ya estamos con pegoletes!!!
¿Siempre tiene que
haber un “pero”?.
En esta mi última y reciente visita a Cótrdoba, me rechinó la cisura calcarina y el sistema límbico de las emociones y sentimientos, en su totalidad, y me impactó “un cante-golpe visual”, como si de un gallo emitido por un representante de España en Eurovisión o si de un cantante de ópera se tratara, y nunca encontraré mejores símiles.
El busto de Manolete ¡No está!
Lo que sentí cuando al entrar en el espacio de la taberna, y concretamente mirando hacia arriba, hacia su columna central y desde la puerta de entrada, eché en falta el busto del que fuera, según los mas prestigiosos entendidos en el arte de Cúchares, el mas grande diestro de todos los tiempos, el insigne torero cordobés, Manuel Laureano Rodríguez Sánchez, conocido por Manolete.
En esta mi última y reciente visita a Cótrdoba, me rechinó la cisura calcarina y el sistema límbico de las emociones y sentimientos, en su totalidad, y me impactó “un cante-golpe visual”, como si de un gallo emitido por un representante de España en Eurovisión o si de un cantante de ópera se tratara, y nunca encontraré mejores símiles.
El busto de Manolete ¡No está!
Lo que sentí cuando al entrar en el espacio de la taberna, y concretamente mirando hacia arriba, hacia su columna central y desde la puerta de entrada, eché en falta el busto del que fuera, según los mas prestigiosos entendidos en el arte de Cúchares, el mas grande diestro de todos los tiempos, el insigne torero cordobés, Manuel Laureano Rodríguez Sánchez, conocido por Manolete.
¡Pero!, repito la conjunción adversativa, sentí una
punzada también en la región precordial hacia la izquierda, cuando,
incrédulo, ratifiqué mi comprobación, pues el lugar preferente que durante
tantos años había ocupado el busto de Manolete, había sido sustituido (incluso la misma ménsula) por una
bonita figura de un orgulloso macho de gallinácea, eso sí, muy certeramente
policromada.
La ausencia de aquella imagen del busto
tridimensional del matador, paisano tanto mío como del Gran Capitán, impactó
también mi retina necesitando volver a mirar y pellizcarme para estimular
nocivamente la epidermis para así poder comprobar y reafirmar que no se trataba de
una mala pesadilla.
El privilegiado puesto de vigilancia del maestro,
había sido usurpado, sin embargo, por otro elemento, animal por cierto, con una
gallardía evidente, aunque no sé si realmente ese puesto era merecido.
Además el usurpador de la ilustre ménsula no miraba
de frente, como lo hiciera el insigne matador, sino que vigilaba de soslayo al
respetable, con su fija y ojerosa mirada hacia arriba y hacia un lateral de la
sala, desviando con desden el eje de su pupila, y apartándola de los clientes
que entraban y salían del local de solaz y esparcimiento típicos.
El busto de Manolete, siempre atento a todo lo que
acontecía en el terreno de lidia lúdica de esos mortales, y lo que sucedía en
los protectores burladeros, ahora tan añorado por mí, era un busto de tipo
bulto redondo, de buena factura y con un acabado, digamos que algo descuidado,
cuya autoría material, lamentablemente, me resulta desconocida.
BUSTO DE MANOLETE EN BODEGAS CAMPOS (ANTES) |
El lugar donde se ubicaba el busto era un lugar de
privilegio desde donde Manolete oteaba desde hace tantos años a los
tabernícolas, también maestros del arte del copeo de otros variados caldos,
pero muy especialmente en las libaciones endo-gástricas de los finos de
Montilla y Moriles, entre otros elixires.
Seguro que desde ese tendido de permanente sombra, disfrutaba de privilegio de la faena de aliño y del consumo de las aceitunas “machacás”, del queso añejo de oveja y/o de cabra y del inmenso aroma del jamón del valle de los Pedroches.
Pero si la ausencia del busto del diestro cordobés
me resultara extraña, más raro se me hizo ver en su atalaya la figura
policromada, eso sí, de armoniosa hechura, que ocupaba la ménsula, antes ara de
Manolete, mostrando cierto desdén hacia el portón de los chiqueros baristas.
Esta vistosa figura delatora de un trascendental
cambio de tercio, era la viva representación de un gallo. ¿Acaso fiero gallo de
pelea?
¿Pero este gallo, al menos de momento, no parecía
que iba a tener un destino similar al del gallo de Morón y al Gallo de Platón
que se habían quedado desplumados y cacareando?
Este gallo de las Campos es un gallo fino, elegante, orgulloso, con muy vistoso plumaje, pero un gallo a fin de cuentas.
Este gallo de las Campos es un gallo fino, elegante, orgulloso, con muy vistoso plumaje, pero un gallo a fin de cuentas.
Tras el choque inicial y una vez repuesto del susto
e impacto emocional, saqué mis primeras impresiones y conclusiones, haciéndome
algunas preguntas.
Analizando una vez más todo el contenido de los muros bodegueros, no me cabía ninguna duda de la permanente y persistente vocación de esta ilustre casa de la defensa, a ultranza, de Manolete.
Pero ¿un gallo? ! Habráse visto ¡ ¿Por qué habrá sido?
A esta pregunta, todavía y hasta ahora, no he tenido una respuesta razonable ni razonada…. Ni razonable ni razonada, insisto y repito.
¿Es que desde las Bodegas Campos se está tramando un asalto al más genuino de los poderes taurinos?
¿Se estarán definiendo nuevas líneas maestras? o por el contrario
¿Se estarán poniendo nuevos cimientos ideológicos en esta cátedra de opinión y docencia taurina, apostando por el toreo ejercido durante los siglos XIX y sobretodo en el Siglo XX por la saga familiar de los Gallo o Gallitos frente a la de la ilustre figura del inconmensurable cordobés Manolete?
De lo que no cabe duda es del genuino cordobesismo
de Manolete, cosa que no se puede afirmar, con el mismo énfasis de los hermanos Gallitos.
El espacio del cortador de Jamón convertido en trastero.
Sin restarle calidad taurina, dios me libre, a la
casta de los Gallitos, sin embargo me pregunté obsesivamente porqué habría
caído en desgracia el ínclito Manolete.
Me sorprendió que el busto del insigne cordobés
hubiera sido indignamente arrumbado en un espacio de tan poca prestancia como
es un triste y oscuro rincón, “en el suelo”, en un lugar que parecía ser y era
o al menos recordaba, un improvisado desván o trastero, para depositar trastos
viejos, desvencijados o inútiles, ubicado donde hasta no hacía mucho tiempo,
había ejercido su noble arte el siempre admirado cortador de jamón.
Este distinguido templo donde ejerció su labor,
silenciosa y siempre admirada, el cortador del pernil de los Pedroches, fue
igualmente desdeñado, y en el que otrora fuese un insigne espacio y lugar de
culto y digno de adoración, destinado a producir las anheladas lascas de manjar
divino, para satisfacer con ellas los placeres del sentido del gusto, del
paladar, del olfato y de la conversación. Pero este espacio sagrado también
había caído en desgracia.
¿Qué está cambiando o que ha cambiado en Córdoba?
Pero, por favor, clamo a nuestros ancestros
conocedores de la historia de Córdoba, que han paseado por la plaza de las
Tendillas y oído el rasgado de su reloj y que se han preguntado reiteradamente
si la blanca y laureada cabeza de la estatua ecuestre del Gran Capitán es
realmente la suya o es la de Lagartijo.
Repito otra vez el ¡por favor!. Que alguien con suficiente uso de razón y credibilidad, me explique realmente, ¿qué es lo que está pasando y qué se está tramando en las Bodegas Campos? ¿El cambio climático, la capa de ozono, los plásticos de un solo uso….?
Repito otra vez el ¡por favor!. Que alguien con suficiente uso de razón y credibilidad, me explique realmente, ¿qué es lo que está pasando y qué se está tramando en las Bodegas Campos? ¿El cambio climático, la capa de ozono, los plásticos de un solo uso….?
Estas extrañas circunstancias me han recordado el
aciago, triste y autogestionado final de otro compatriota romano, el
también insigne filosofo, pensador y politólogo cordobés que fue Lucio Anneo
Séneca.
VOLVAMOS AL GALLO
Pero, volviendo al gallo, me pareció de justicia pensar que la elección de este ave de corral para sustituir al hijo de doña Angustias Sánchez Martínez, no estaba tampoco nada mal, pues incluso podía haber sido algo muy diferente si en lugar de ese orgulloso miembro de la familia de las Phasianidae, hubiera ocupado el pedestal una lagartija o una rana, y en este último caso se hubiera podido pensar, no si razón, que se estaba postulando como vigía espiritual en lo taurino de las Bodegas Campos a otro, al fin y al cabo también cordobés de Palma del Río, recordado siempre por su afamado salto similar al de tan resbaladizo batracio.
Dña. ANGUSTIAS y MANOLETE (Su hijo) |
Pero, volviendo al gallo, me pareció de justicia pensar que la elección de este ave de corral para sustituir al hijo de doña Angustias Sánchez Martínez, no estaba tampoco nada mal, pues incluso podía haber sido algo muy diferente si en lugar de ese orgulloso miembro de la familia de las Phasianidae, hubiera ocupado el pedestal una lagartija o una rana, y en este último caso se hubiera podido pensar, no si razón, que se estaba postulando como vigía espiritual en lo taurino de las Bodegas Campos a otro, al fin y al cabo también cordobés de Palma del Río, recordado siempre por su afamado salto similar al de tan resbaladizo batracio.
De vuelta con el gallo de la discordia
Pero rebuscando en mi oculta memoria taurina traté
de hacer aflorar mis conocimientos sobre la importancia del Gallo o de la
dinastía taurina de los Gallitos.
La dinastía de los Gallos
El padre de los tres toreros, desigualmente famosos
Gallitos (I. Rafael, II. Pedro y III. José) fue Fernando Gómez García, conocido
como El Gallo, torero de reducida fortuna en la fiesta del toro.
La procreación de los Gallitos I, II y III fue
compartida con Fernando el Gallo por su cónyuge la bailaora Gabriela Ortega
Feria, de cuya unión nacieron seis vástagos.
Tres varones, todos toreros (Gallitos) y tres féminas, también con vínculos conyugales con el mundo taurino.
Tres varones, todos toreros (Gallitos) y tres féminas, también con vínculos conyugales con el mundo taurino.
Gallito I
Rafael Gómez Ortega, Gallito I, fue denominado
posteriormente como el Divino Calvo, por algún rasgo físico característico,
fácil de deducir. Me refiero lógicamente a lo de Divino.
Rafael. GALLITO I. El divino calvo |
Gallito II
Pedro Gómez Ortega, Gallito II, fue el mediano de
los tres hermanos toreros y precedió en nacer a su hermano menor, excelso
torero bautizado como José y apellidado también Gómez Ortega como sus hermanos
conocido por Joselito y por Gallito III.
Gallito III
Este tercero en la línea sucesoria taurina de los
Gallos se conoció como Gallito III, también denominado Joselito.
Fue merecidamente considerado como el mejor diestro
de todos los tiempos junto a Juan Belmonte.
¿Será por este gran diestro por el que se ha
colocado al gallo en cuestión y de la discordia en las Bodegas Campos?
Otros familiares de estos gallitos fueron José
Gómez García, hermano del patriarca Fernando y tío de los Gallitos I, II y III.
José fue banderillero de Lagartijo.
Muerte de Joselito (Gallito III)
MONUMENTO A JOSELITO Mariano BENLLIURE |
Murió en acto de servicio en la Caprichosa, denominación que recibía la Plaza de Toros de Talavera de La Reina, municipio de la provincia de Toledo, por los graves estragos corporales infringidos por las defensas del toro Bailaor.
JOSELITO YACENTE |
ISLERO MIURA QUE MATÓ A MANOLETE |
Ambos, toro y torero, bestia y humano, en la suerte
de matar tuvieron una suerte desigual teniendo en cuenta el resultado final,
perdiendo la jugada el humano.
El toro Islero alcanzó su perseguido y anhelado
objetivo en su propia suerte de entrar a matar, que logró con más fortuna.
El toro de lidia de 495 kilos, de la ganadería de Eduardo Miura, acabó con la vida humana de Manolete, que también buscaba acabar con la vida animal del astado al entrar ambos a matar en la plaza de toros de Linares, importante localidad y capital administrativa de la comarca de Sierra Morena, región olivarera de la provincia de Jaén.
El astado, penetró su cornamenta en la profundad en
los poco resistentes tejidos humanos del diestro, al perforar el paquete
vasculo-nervioso que atraviesa oblicuamente la raíz del muslo en el afamado
"triángulo de Scarpa", hiriendo mortalmente al que llevaba en ese momento el
traje de luces y el estoque de acero, la espada de matar en la mano derecha.
CARTEL TAURINO. PLAZA LINARES |
La causa primaria de la muerte fue esta herida en
la región inguino-crural, si bien se ha especulado con otras posibles causas humanas, no
animales, menos claras, como pudo haber sido una transfusión de plasma
incompatible con el serotipo del torero realizada en Córdoba.
Esto podría haber sido lo que finalmente ocasionó el letal desenlace a pesar de la reconocida actuación quirúrgica ortodoxa realizada por los diestros cirujanos y por el resto de los responsables sanitarios de Linares.
Esto podría haber sido lo que finalmente ocasionó el letal desenlace a pesar de la reconocida actuación quirúrgica ortodoxa realizada por los diestros cirujanos y por el resto de los responsables sanitarios de Linares.
El escultor Amadeo Ruiz Olmos, fue el creador del mausoleo de Manolete en el cementerio de Nuestra Señora de la Salud de Córdoba, destino final de Manolete, que sigue siendo considerado por muchos como el mejor torero del mundo de todas las épocas.
Por último, mi esperanza radica en que no caigan en
desgracia, como ha sucedido en las Bodegas Campos, los conjuntos escultóricos
de la plaza de la Lagunilla o el conjunto escultórico de la plaza del Conde de
Priego.
MONUMENTO A MANOLETE - CÓRDOBA |
En lo que a mi se refiere, mantengo y mantendré en
un lugar de mérito de mi hogar la escultura, en formato altorrelieve, realizada
por mí hace algunos años, basada en el ahora caído en desgracia busto de
Manolete de las Bodegas Campos de Córdoba de la calle Lineros.
El maestro toreador vigila atentamente para ver
como se comporta el artesano y artista en esta etapa menos quirúrgica de su
vida.
Tras este personal planteamiento, si entrar en
calificativos ni comparaciones entre los diestros señalados, creo personalmente
que sería muy deseable que los responsables de las Bodegas Campos
reconsideraran el destino del busto de Manolete pues el actual es cuanto menos,
en mi opinión, indigno.
Se ha rehecho la estructura de este post. El tema es la dificil explicación de la sustitución en las Bodegas Campos del honroso busto de Manolete por la de un gallo. Recordemos que a Joselito también se le conocía por Gallito III. ¿Es que aspuestan por la memoria de este y se olvidan de la de aquel?
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